Un ejemplo que debe imitar Chile

Siete tribus indígenas maoríes de Nueva Zelanda firmaron hoy con el gobierno un acuerdo de restitución de tierras, el más importante de la historia local desde la colonización europea, que desterró a los indígenas en el siglo XIX.
El acuerdo transferirá la propiedad de 176 mil hectáreas de áreas forestales, algunas cultivadas, desde el gobierno central a las siete tribus del interior de la isla del norte, que tienen una población total de más de 100 mil personas.
El valor de las tierras es de 420 millones de dólares neozelandeses (230 millones de euros). Centenares de maoríes, muchos de ellos con vestimenta tradicional, se reunieron en el parlamento en la capital Wellington para asistir a la firma del acuerdo. "Esta es una etapa histórica de un viaje largo", dijo la primera ministra laborista Helen Clark, y agregó: "nuestro gobierno está comprometido en sanar las injusticias y buscar la reconciliación. Gracias por habernos acompañado en el camino hasta este día histórico".
El presidente del colectivo tribal, jefe supremo Tumu te Heu Heu, dijo que el objetivo será asegurar a las tribus "un futuro económico fuerte, durable y sostenible", que beneficie especialmente a los jóvenes y a las generaciones futuras.
Asimismo, las tribus piensan establecer estructuras conjuntas de gestión del territorio, para maximizar los beneficios de su uso, especialmente de los bosques cultivados para obtener madera.
En 1840 se firmó el tratado de Waitangi con la corona británica, que en teoría protegía el territorio maorí y garantizaba a los nativos el uso de sus tierras y recursos a cambio del reconocimiento de la soberanía británica. La violación del tratado por parte de los europeos, que a poco de firmarlo se asentaron en los territorios nativos, desató las "guerras maoríes" (1845-47 y 1860-69) que destruyeron a las poblaciones indígenas. Los maoríes representan aproximadamente el 15% de la población nacional de 4,2 millones, y están al final de casi todos los indicadores sociales, como expectativa de vida, rédito, ocupación e instrucción. Constituyen también más de la mitad de la población carcelaria. ACZ